La cosecha de soja de la presente campaña agrícola ya es la peor de los últimos 30 años. ¿Los motivos? Los daños de plagas y enfermedades, los efectos de la extensa seca, pocas reservas antes de la siembra, altas temperaturas, bajo peso de los granos y pérdidas en la cosecha.El tema de conversación en los campos son lotes de 35 a 40 qq/ha históricos que están dando valores de 12 a 21 qq/ha, con sólo pocos cuadros que se despegan para estar en 28 qq/ha. El productor pergaminense sabía que tenía una pobre cosecha porque vio durante todo el ciclo de la planta que el cultivo había sufrido intensamente varias condiciones climáticas adversas (estrés térmico e hídrico). No obstante, al observar los lotes desde afuera se esperaban 5 ó 6 quintales por hectárea más de lo que realmente se obtuvo cuando la cosechadora ingresó al campo.“Desde el punto de vista de los resultados físicos y lo que ello arrojará económicamente, esta campaña sojera es un desastre”, asegura el ingeniero agrónomo Daniel Lavezzari, que agrega que “a la fecha alrededor del 60% de la soja de primera en el Partido de Pergamino ya está cosechada”, estimando que el 40% restante difícilmente pueda revertir esta mala situación.El profesional explicó que otro de los factores que atentó contra la producción sojera fue la menor cantidad de granos por unidad de superficie (componente fundamental del rendimiento) a consecuencia del menor número de vainas por nudo o vainas que estaban en los nudos en vez de formar 3 granos formaron sólo uno.En Pergamino la soja de primera, a causa de la sequía de noviembre, se implantó en dos etapas bien diferenciadas: la primera entre el 20 y el 30 de octubre (50% de la superficie), mientras que la segunda etapa comenzó en los primeros días de diciembre, la que se entremezcló con la siembra de la soja de segunda. “Por el momento ya se cosechó la soja sembrada en la primera fecha, que era la que se mostraba en el campo como la más devastada por los efectos de la sequía; y desde las lluvias del último fin de semana comenzaron a trillarse los lotes implantados a principios de diciembre”, explicó el consultor privado.En general, la producción de soja en el Partido de Pergamino, respecto de la campaña pasada, está por debajo del 50%, incluso entre el 60 y 70% en buena parte de los casos. Incluso hay recolecciones de cuadros con inimaginables 3 a 4 qq/ha. Las expectativas de la soja que queda estarían entre los 25 y 30 qq/ha. “Ya se puede hablar de una tendencia en los rendimientos promedios, y a diferencia de otras campañas, los efectos negativos de la pronunciada sequía se han hecho sentir en todas las zonas del Partido por igual. En otras campañas se marcaba claramente la diferencia en producción entre el norte de Pergamino (San Nicolás) y el sur (Colón). Este año los resultados de la cosecha son muy malos para todas las zonas por igual dentro del Partido; se nota tal vez algún lote que se escapa del promedio general debido a que el campo tiene muy buenas características físicas y las pocas lluvias que tuvo durante el verano las almacenó y las conservó mejor. Pero son casos muy puntuales. La generalidad es que la cosecha es extremadamente pobre”, aseguró Lavezzari.
No se llega a las 40
Esta situación provoca que para casi todos los productores pergaminenses esta sea una campaña perdida, porque más del 50% de la superficie agrícola del Partido no la trabajan los propietarios sino los contratistas. “Este año, hasta ahora, estamos hablando de rindes promedio de 16 a 17 quintales por hectárea, por lo que los contratistas que han alquilado campo no alcanzan a cubrir el valor que pagaron por alquiler, además de perder todo lo que es el gasto de protección-implantación del cultivo en un año en que ese costo fue muy alto porque inusualmente hubo que hacer muchas pulverizaciones por insectos. No tengo dudas que todo el sector contratista, que produce más del 50% de la superficie de soja del Partido, no tiene ninguna chance de salir hecho en esta cosecha. Quizás distinta sea la situación del propietario que trabaja su campo, quien con estos rindes tal vez llegue a cubrirse, hablando de promedios de 16 a 17 qq/ha. Pero para lograr ese promedio implica que hay muchos lotes que rindieron de 5 a 9 qq/ha, por lo que hay propietarios que han perdido plata”, dijo el consultor privado.Ante esta realidad la pregunta es, ¿cuántas toneladas se cosecharán a nivel nacional, 35, 38 ó 40?: “A los 40 millones de toneladas no llegamos porque hay vastísimas zonas del territorio nacional que están igual o peor que Pergamino, pero después de Colón, hacia Ferré o Ascensión la soja mejora. Pero a las estimaciones oficiales de 40 millones de toneladas de soja no llegamos porque, si bien había aumentado la superficie de siembra, también es cierto que muchas zonas marginales (en provincias no pertenecientes a la zona núcleo sojera) no pudieron sembrar toda la soja que querían porque no había humedad en su momento”, estimó Lavezzari.
¿Bajan los alquileres?
Esta situación afectaría una posible baja de alquileres, que se comenta que sería de un 20 a 25%. Pero Daniel Lavezzari no cree que esto ocurra: “No afirmaría que los alquileres van a bajar pero sí va a haber una gran diferenciación en la valorización de campos entre aquellos que son buenos, que fueron rotados, que mantienen sus cualidades físicas o campos que están ubicados en zonas que son más productivas que otras. En cambio se notará la diferencia en campos ubicados en regiones menos favorecidas o campos que vienen con monocultivo de soja. Estimo que va a haber un gran interés por campos buenos o ubicados en zonas productivamente buenas y un gran desinterés en regiones menos favorecidas o campos que vienen muy maltratados en los últimos años”.MaízEn el maíz el promedio es de 55 qq/ha con el 70% de avance de cosecha, teniendo en cuenta que el rinde de indiferencia (aquel no representa ni beneficio ni quebranto) es de 64 qq/ha para producción en campos propios. Respecto de los tiempos del cereal está ocurriendo lo mismo que en campañas anteriores: el maíz empieza a cosecharse para ser interrumpido por la trilla de soja y finalmente termina la de maíz.“En maíz ocurrió a la inversa que en soja de primera: se esperaba una menor producción de lo que realmente sacaron los lotes, es decir que todo el avance que ha habido en la obtención de híbridos de más potencial de rendimiento, de mayor tolerancia a estrés hídrico, el avance que hubo en el manejo de la fertilización en el cultivo y las lluvias importantes que ocurrieron a fines de noviembre (etapa de floración del maíz) han contribuido para que la cosecha no sea satisfactoria, porque sabemos que el maíz tiene un altísimo costo de implantación-protección. Hoy el rendimiento de indiferencia es de alrededor de 64 qq/ha y a nivel promedio no se llegó a esa cifra, en Pergamino se puede hablar de 50 a 55 qq/ha por hectárea”.
El clima, devastador
“Tengo 30 años con el cultivo de soja, inclusive empecé a trabajar con la introducción de la soja en Pergamino con variedades del grupo IV que se trajeron de Estados Unidos, con siembras a 70 centímetros, sin ajuste de densidad de siembra, sin conocimiento de los insectos que atacaban al cultivo, con un deficiente control de malezas y sin embargo en aquellos años, fines de los 70 y principios de los 80, se cosechaban rendimientos promedios mayores que los que se trillan en estos momentos. Los efectos de un año climático adverso durante la segunda parte de la primavera y durante todo el verano han sido devastadores para la soja de primera en Pergamino”. Con este ejemplo personal Daniel Lavezzari justificó por qué esta campaña es la peor de las últimas tres décadas.
Fuente: La Opinion de Pergamino