Los 28 jefes de Estado y de Gobierno de los países que forman parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se reunirán hoy y mañana para celebrar el 60o aniversario de la alianza militar, que nació en plena Guerra Fría para proteger a Occidente de la amenaza soviética. Sin embargo, a pesar de la fanfarria, no hay demasiadas razones para celebrar. Los aliados recibirán pocos regalos de cumpleaños de Afganistán, donde no logran controlar a los insurgentes talibanes. A pesar de los tímidos indicios de acercamiento con Rusia, Moscú consiguió paralizar el ingreso de las ex repúblicas soviéticas Georgia y Ucrania. Y aunque los líderes de la OTAN podrán brindar por el regreso de Francia a la cúpula militar del bloque luego de 43 años de ausencia, necesitarán dejar de lado sus resistencias a comprometer más fuerzas en misiones aliadas en este momento de crisis económica. La fiesta de cumpleaños de la OTAN se celebrará durante dos días en tres ciudades europeas: Estrasburgo, en la orilla francesa del Rin, y las alemanas Baden-Baden y Kehl. Uno de los momentos más esperados de la cumbre será la foto de familia en el puente que une Estrasburgo y Kehl. La elección simbólica de ambas ciudades apunta a celebrar también el 60o aniversario de la reconciliación franco-alemana.Son bajas las probabilidades de que allí se produzcan discusiones tensas como durante la última cumbre de la alianza en Bucarest el año pasado, en gran parte por el cambio de liderazgo en la Casa Blanca. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama –quien participará por primera vez de un encuentro de la OTAN–, tomó distancia del unilateralismo de su predecesor, George W. Bush, y propuso un “enfoque amplio” para Afganistán, donde la OTAN comanda una fuerza de más de 50 mil efectivos, haciéndose eco de las demandas europeas. La cumbre de la OTAN tiene lugar en medio de la gira europea de Obama. A pesar de la buena disposición de parte de los líderes del continente, el presidente norteamericano buscará que sus socios europeos acompañen con un gesto similar el anunciado despliegue adicional de 17 mil soldados de Estados Unidos en territorio afgano. Según el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer –que abandonará su cargo en tres meses y ya abrió una lucha intestina por su sucesión–, la cumbre intentará resaltar los “logros más destacables” de la organización que durante sus seis décadas de historia evolucionó hasta convertirse en “el primer organismo de seguridad del mundo”, contribuyendo a “un período de paz sin precedentes”. “No obstante, la cumbre tiene que ser mucho más que una celebración” y “debe presentar resultados”, añadió De Hoop Scheffer, lo que incluye dar a la misión de la ISAF en Afganistán “el rumbo adecuado”, “encarrilar” las relaciones con Rusia, y volver “más flexibles” las operaciones de la OTAN. El jefe de la alianza reconoció que la nueva Casa Blanca y el regreso de Francia a su “puesto pleno en la estructura militar” ayudan a crear condiciones más favorables entre los socios. Sólo deberán evitar malgastar ese capital político.
Fuente: Critica